Al menos 25 personas fallecidas y más de 80 han resultado heridas tras derrumbarse la viga de un puente de la línea 12 del Metro en Ciudad de México. Se trata de la mayor tragedia en la capital azteca desde el terremoto del 2017.
Este accidente de metro en México vuelve a poner de manifiesto la importancia del mantenimiento de infraestructura crítica para evitar el colapso estructural y prevenir tragedias. Si en la mayoría de los desastres ocurridos en el mundo, se hubiese realizado una mantención permanente de esta, centenares de vidas se habrían salvado.
En la actualidad, el Internet de las Cosas -IoT- ha permitido el desarrollo de dispositivos que recogen una gran cantidad de información que permiten medir el comportamiento de la estructura.
En Chile, este servicio es entregado por Huella Estructural, una iniciativa de VMB Ingeniería Estructural y Smart Ecological Energy –SEE-.
¿Cómo funciona el monitoreo estructural?
De la misma forma que el cuerpo humano, las estructuras, pueden enfermarse y morir si es que no se tienen los cuidados adecuados.
Las edificaciones son víctimas de acumulación de daños, en muchos casos imperceptibles. Estos son causados por temblores, terremotos, asentamientos diferenciales o remodelaciones que modifican el estado de las estructuras iniciales.
Para saber el comportamiento de la estructura a lo largo del tiempo, se ubican acelerógrafos en puntos estratégicos de la construcción. Estos, gracias al IoT son capaces de transmitir gran cantidad de datos y con un sofisticados software que es posible saber en tiempo real qué está pasando en la estructura. Así los encargados del mantenimiento pueden programar reparaciones antes de que se produzca una tragedia..
«El Monitoreo de Salud Estructural -MSE- permite prevenir las enfermedades de las edificaciones, prolongando su permanencia en el tiempo a un costo razonable» señala el Gerente de Huella Estructural.
Según el especialista, esta tecnología es como un gran oído escuchando las estructuras . “Gracias a este uno puede prever y prevenir desastres que tienen un gran costo de reposición pero por sobre todo en vidas humanas”
El accidente se produjo en una ciudad que cuenta con uno de los metros más transitados del mundo: más de 5,5 millones de personas lo utilizan al día como única vía de transporte a sus casas y trabajos.
Fuentes:
El País
López Dóriga
El Mundo
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