Dos fallecidos, 7.000 casas afectadas, 14 escuelas con posibles daños severos, corte de caminos y afectación en establecimientos primarios de salud. Ese fue el el reporte de las autoridades tras el sismo de 7,4 M, que afectó al estado de Colima, México, el pasado 19 de septiembre. Según el informe del Servicio Sismológico Nacional y la Universidad Autónoma de México el hipocentro se localizó a 15 KM de profundidad.
Cuanto más superficial sea el sismo, más serias serán sus consecuencias, explicó Leopoldo Breschi, ingeniero civil estructural y socio de Huella Estructural. A juicio del profesional, las estructuras cercanas al epicentro deben haber sufrido bastante. Por esto, “sería importante saber si quedaron con algún tipo de daño que no es detectable en primera instancia con una inspección visual”
Inspecciones post sismo:
México es uno de los 5 países más sísmicos del mundo y desde el terremoto del 2017 las autoridades han solicitado que se lleven a cabo algunas evaluaciones a las edificaciones. Sólo en ese año se realizaron inspecciones visuales a más de 10 mil edificios sólo en Ciudad de México. Esto involucró a un equipo de 4 mil personas.
Según el cofundador de Huella Estructural, las inspecciones visuales que se realizan en México deben ser complementadas con un monitoreo constante de los edificios para obtener datos cuantificables antes y después de los sismos. Para eso es necesario masificar el empleo de tecnologías que permitan el monitoreo de salud estructural constante, en tiempo real y mínimamente invasivo como las de Huella Estructural.
No hay que olvidar que las edificaciones pueden ser privadas, pero cuando hay problemas estructurales de estas edificaciones, se transforma en un problema público que la autoridad no puede soslayar..